miércoles, 2 de diciembre de 2009

Natsume Soseki en La Vanguardia Cultura/s

Foto: I.N., Parc del laberint d'Horta, 2009
Narrativa Novela haiku ISABEL NÚÑEZ
Natsume Soseki Kusamakura (Almohada de hierba) Ediciones Sígueme Traducción de Emilio Masiá y Moe Kuwano 205 PÁGINAS 18 EUROS Natsume Soseki (Tokio, 1867–1916) está considerado uno de los autores más destacados de la era Meiji, cuando Japón se abría a Occidente. Profesor de literatura inglesa en la Universidad de Tokio, buen conocedor de la literatura china, pasó dos años en Inglaterra que recordaría como los peores de su vida, pues se sintió “como un pobre perro perdido entre una manada de lobos”. De vuelta a Japón, publicó haikus y novelas, como la costumbrista e irónica Wagahai wa neko de aru (Soy un gato), la hilarante y tragicómica Botchan (publicada en España por Impedimenta) y otras tantas, hasta que una úlcera de estómago le llevó a la muerte a los 49 años.
Kusamakura es una novela-haiku, así la definió su autor. Un pintor viaja al balneario de Nakoi huyendo del bullicio y la efervescencia de las emociones, intentando contemplar la naturaleza y a los hombres como si fuesen un cuadro y buscando así el ánimo perfecto para pintar.
En el balneario, las apariciones de Nami, una hermosa mujer divorciada y considerada extravagante, le interrogan con su teatralidad misteriosa. Todo, cualquier elemento del paisaje, como la gestualidad y las palabras de los seres solitarios con quienes se cruza –el maestro budista, la vieja campesina, el barbero tosco, el hombre que acarrea leña, el joven soldado—, suscitan su contemplación reflexiva. El pintor no pinta, pero escribe breves haikus, a los que Nami responde con otros.
Sus reflexiones sobre la poesía china o anglosajona, sobre la posición del artista en el mundo o la pura belleza –de unas algas inmóviles al fondo del lago, de la comida japonesa, el obi rojo de un kimono, los árboles y el viento, las flores que caen, la luminosidad del aire o los colores y sus significados— componen una mirada sugerente y sutil, a la vez tradicional y experimental. La traducción castellana es elegante, aunque al principio desconcierta la alternancia de tiempos verbales.
Kusamakura es una novela insólita, entre el ensayo filosófico y una poética oriental que entronca con Wordsworth o Wilde. Atrapa y hechiza al lector con su sencillez, en la telaraña de su lentitud luminosa, no exenta de ironía ni de sorpresas. Los pensamientos vuelan en estas páginas como mariposas y un misterioso dinamismo nos lleva hasta el final, con sus pinceladas de belleza japonesa.

2 comentarios:

el objeto a dijo...

qué bellas esas imágenes de algas al fondo del estanque, del obi rojo, de lo contemplativo como estado, como necesidad... y la almohada de hierba

preciosa, intentaré leer a Soseki pronto!!

y qué bonita reseña!

Belnu dijo...

Parece que la gente esté descubriendo de pronto a Soseki! Ayer me encontré a alguien que va a yoga conmigo y que había leído Botchan y al leer mi reseña empezó a buscar Kusamakura, la almohada de hierba